Desfile Alta Costura Primavera-Verano 2025
La colección Dior alta costura Primavera-Verano 2025, concebida por Maria Grazia Chiuri, se presenta como una invitación a reavivar temas esenciales de la memoria sartorial, en especial la creatividad de siglos pasados. Al mismo tiempo, altera el devenir del tiempo y nos transporta a una dimensión que no pertenece ni al pasado ni al futuro, sino únicamente a la esencia de la moda y su inherente capacidad de transformación.
En esta fascinante paradoja temporal, Maria Grazia Chiuri se mueve con absoluta libertad, como si los espejos que inundan el atelier de costura fueran, al igual que el espejo de Alicia, portales hacia otra realidad. Una realidad dominada por constantes mutaciones de significado, donde el sueño de la moda nunca renuncia al asombro ni a la irreverencia, y tiene el poder de metamorfosear formas y emociones. La directora creativa se inspira especialmente en la línea Trapèze, concebida para Dior en 1958 por el joven Yves Saint Laurent. A partir de ahí, la colección se transforma en una serie de encuentros impredecibles en un país de las maravillas, donde el aquí y el ahora juegan constantemente al escondite, como si un ser en constante evolución descubriera, a través de cada movimiento, durante este tiempo de cambio continuo en la moda, recomposiciones tan efímeras como fantásticas. Los culottes de tul adornados con encaje, por ejemplo, evocan el recuerdo enterrado de una mujer-niña capaz de cruzar todos los límites que desee y de adaptar el mundo a su escala: inmensa o diminuta.
En este juego de contrastes, la mujer se transforma en una flor, envuelta en una capa de pétalos o en un vestido corto con una corola que resalta su busto curvilíneo, o en un ave, cómplice de un tocado punk mohicano que apunta al cielo.
La crinolina, reinterpretada en una versión moderna y funcional, se convierte en un extraordinario catalizador de recuerdos que da vida a las fantasías y motivos más excesivos. Esta jaula vibrante, que oculta su estructura interna, revela hilos que se estiran y ondulan con cada movimiento, como ramas bordadas, y realza blusas ligeras sublimadas con delicados bordados florales. Los bustiers visibles y las faldas drapeadas dejan una impresión inolvidable. La silueta Cigale, diseñada por Monsieur Dior para la línea de alta costura Otoño-Invierno 1952-1953, resurge con tejidos de muaré originales en una falda corta acompañada de una chaqueta ajustada que magnifica las proporciones en contraste. La capa se adorna con plumas delicadamente elaboradas en organza.
El negro, a la vez sobrio y majestuoso, enaltece los abrigos, que orquestan y destacan la coreografía de los movimientos más ínfimos. El vestido largo brilla con supremacía gracias a su bordado tridimensional en plata bruñida, situado en el corazón de una poética del absurdo. Parece suspendido en la perpetua temporalidad de la moda, cuya esencia radica en cumplir deseos de toda índole.
Looks
The Flowers We Grew
Para el desfile Dior alta costura Primavera-Verano 2025, Maria Grazia Chiuri encargó a la artista india Rithika Merchant la creación de una instalación monumental e infinitamente poética*. Este conjunto onírico, compuesto por nueve pinturas transformadas en prodigiosas obras textiles por Karishma Swali, los ateliers Chanakya y la Chanakya School of Craft, se ha sublimado con colores fascinantes y constituye un paisaje visual inmersivo, una oda al poder de la imaginación y a una feminidad maravillosamente plural.
* Esta obra, que se presentó con motivo del desfile Dior en el jardín del Museo Rodin, estará abierta al público durante cinco días, del 28 de enero al 2 de febrero de 2025.
Un cuento Dior
Los looks del desfile Dior alta costura Primavera-Verano 2025 se presentan en un momento singular, y ofrecen una nueva visión plural de la feminidad; una temporalidad suspendida entre el pasado y el futuro, los sueños y la realidad. Maria Grazia Chiuri explora, cuestiona y reinventa, a través de una relectura inédita de la memoria sartorial, algunas de las líneas que han dado forma a la identidad de Dior, como la silueta Cigale, diseñada por Monsieur Dior para la colección de alta costura Otoño-Invierno 1952-1953, cuyas curvas originales se reinterpretan a través de una serie de crinolinas revisitadas, suntuosamente bordadas, que revelan fascinantes juegos de transparencia y superposición.
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© Sarah Piantadosi
Punk poético
Unas majestuosas crestas adornadas con flores y plumas de rafia impregnan cada silueta con un aura magnética y punk. Las piezas meticulosamente adornadas despiertan la imaginación y evocan heroínas que son a la vez poderosas, conquistadoras y delicadas. El calzado, que refleja la idea de metamorfosis que habita la colección, abraza el tobillo y sube por la pierna con tiras o calcetines de redecilla. Un fascinante juego de transparencias y un tributo a la magia del detalle de la costura.








© Sarah Piantadosi
Entre bambalinas
© Elena Dottelonde






